Historia de la Serigrafía
- Serigrafia e impresos
- 4 abr 2017
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La serigrafía es un procedimiento de impresión que consiste en el paso de la tinta a través de una plantilla que sirve de enmascaramiento, unida a una trama tensada en un bastidor. Desde este planteamiento, siempre se ha pensado que el origen de la serigrafía es el estarcido, es decir, la impresión de dibujos o imágenes, elementos decorativos, letras, etc; dibujados previamente sobre una plantilla que, colocada sobre una superficie, permite el paso de la pintura o tinta a través de las partes vaciadas, pasando por encima una brocha, rodillo o racleta.

El descubrimiento del estarcido se remonta a miles de años antes de Jesucristo, pues se ha comprobado que muchas pinturas encontradas en cuevas prehistóricas fueron hechas espolvoreando tierras coloreadas muy molidas sobre bases puestas previamente sobre las paredes. En las islas Fidji los nativos estampaban sus tejidos usando hojas de plátano recortadas con dibujos. Empleando pinturas vegetales coloreaban aquellas zonas que habían sido recortadas, transfiriendo así el dibujo a la tela. Posiblemente la idea surge al ver las hojas de los árboles y de los arbustos horadadas por los insectos. En el 2.500 a.C. en Egipto se recurría al estarcido para la decoración de las pirámides y los templos, para la elaboración de murales y en la decoración de cerámica y otros objetos. Lo mismo sucedía en la antigua Grecia.
El mayor inconveniente que han presentado siempre las plantillas es el de encontrar la forma de vincular las áreas aisladas, dentro del dibujo principal, con él. Este problema se resuelve tradicionalmente practicando puentes que unen ambas partes de la plantilla, procedimiento muy poco dedicado y nada idóneo, y en consecuencia sólo apto para diseños de cierta calidad. Se necesitaba un método que permitiera transferir diseños con zonas asiladas sin que los puentes quedaran reflejados en el producto final.

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